EL
CARIBE O LA CONFEDERACIÓN DE ESTADOS[1]
CIMARRONES[2]:
Reflexiones entorno a la participación
cimarrona en los movimientos independentistas del Circuncaribe.
Fabiola Meléndez Guadarrama[3]
Palabras clave: cimarrones, movimientos independentistas, caribe, siglo XVIII y
XIX.
PRELIMINAR:
En la historiografía sobre el Caribe, la definición
geográfica de la región se ha extendido o reducido según el interlocutor y el
momento político en curso; Sin embargo pese a que entendemos
que la definición geográfica caribeña esta en continua movilidad, este estudio
distingue ciertos consensos sobre dicha delimitación espacial.
Estudios como
los de la Dra. Johana Von Grafenstein explica la región Caribe, -entre otras
cosas-, a partir de las diversas dinámicas de intercambios
intercoloniales , que para el siglo XVIII expresan una notable dimensión. De ahí la necesidad de reconceptualizar la
demarcación, para incluir aquellos
puntos aledaños a las antillas del mar caribe,
por lo que la Dra. Von
Grafenstein, la define como una Área
Circuncaribeña[4],,
con lo que se enfatiza la continuos y permanentes intercambios entre las antillas y territorios
costeros en tierra firme aledaños al Mar caribe.
A finales del
siglo XVIII y principios del XIX se extendieron
a lo largo y ancho del continente movimientos de insurrección con ideas
de independencia. Algunas regiones con mayor
éxito que en otros. Siendo el caribe y particularmente Haití , puntos
nodales en el desenvolvimiento de dichos procesos independentistas.
Es importante
destacar los roles protagónicos de los grupos de afrodescendientes como actores
materiales e intelectuales de dichas
luchas independentistas del Caribe. A los que rastreamos en un primer momento,
como aquellos grupos que desde su condición subalterna, rechazaron las
condiciones de dominación impuestas, y establecieron desde fechas muy
tempranas, una resistencia permanente a los sistemas coloniales, me refiero a
los grupos de cimarrones, que con características de organización militar,
buscaron la supervivencia de sus grupos.
Por otro lado,
es preciso matizar la participación militar de los afrodescendientes en las
independencias caribeñas, debido a que estuvo presente, -por lo menos en lo que
concierne al tipo de colonialismo hispano-,
tanto en las filas realistas como independentistas. [5]
Por lo que este estudio planteará ambas posibilidades para explicar la movilidad política y social de dichos
individuos.
Así mismo y
para tratar de sistematizar dichas apreciaciones, este estudio se ciñe a
plantear algunos ejemplos al interior de las colonias de origen hispano en la
región, particularmente Veracruz, la Habana, y Cartagena de Indias, que
contemplará los albores del siglo XVIII y
principios del XIX, debido que
representan escenarios y momentos claves
en la resistencia cimarrona.
GENERALIDADES:
Existen
trabajos clásicos de intelectuales caribeños, como los de CLR James, Eric
Williams y Germán Arciniegas, que criticaron la mirada colonialista de las
explicaciones sobre identidad, buscando diversificar las temáticas de los distintos puntos del Caribe; con el
objetivo de problematizar situaciones comunes de estos pueblos, más
allá de la lengua o las experiencias coloniales, buscando focalizarse en
experiencias históricas comunes[6],
de entre las que destaco, la implementación del sistema de trabajo esclavista
de origen africano, que resignificó la historia colectiva e identitaria de
estos pueblos, donde el factor étnico del negro africano, se consolidó como una
herencia imborrable de estos pueblos, aunque pocas veces reconocida por la
historia oficial.
Un asunto no
menor se asoma en esta reflexión sobre el reconocimiento formal de los aportes
del esclavo africano en el caribe, que tiene que ver con la aprobación de las
historiografías anglófonas, francófonas o hispanas. La UNESCO[7]
que ha contribuido a esta desmitificación de procesos y el reconocimiento del
papel del negro africano, no ha estado ausente de esta dinámica, y también ha
favorecido explicaciones para la región desde la historiografía anglófona,
faltando desde mi perspectiva, unir
otras reflexiones para enfrentar la diversidad que estamos enunciando.
Por supuesto,
la diversidad étnica y cultural, en el Caribe, no es solo africana, sino
también asiática y europea, y juntas
conforman las múltiples identidades caribeñas, sin embargo, en este ensayo solo
plantearé el factor africano, por que considero que es el más claramente
identificable y simbólicamente representativo de esta historia en común.
LUCHAS CIMARRONAS, UNA CONSTANTE EN EL
CARIBE, APUNTES SOBRE LA COMARCA VERACRUZANA:
En el estudio
de fenómenos comunes para el Caribe, Antonio Benítez Rojo,[8]
describe la importancia de los cimarrones en las luchas por las independencias
de la región; Este planteamiento puede ser identificado, a partir del caso veracruzano en la Nueva
España, debido a que reúne una importante concentración de Milicianos Negros[9],
distribuidos en asuntos de defensa Costeros, propios del Puerto de Veracruz,
que hasta el siglo XVIII representó el punto oficial para intercambio de
mercancías entre la Península Ibérica y la Nueva España. En este contexto
defensivo del Reino Hispano, los grupos afrodescendientes, negros, mulatos y
pardos, fueron los actores más destacados.
En contraste
con estas milicias realistas, tierra adentro del puerto de Veracruz, en la
región montañosa conocida como Cofre del Perote, se libraron prolongadas batallas
con otro sector de afrodescendientes, me refiero a los grupos de negros
cimarrones, del que destacó la del líder Bran de nombre Yanga, quien lideró un
grupo importante de cimarrones, primero, a partir de estrategias militares de
defensa, aunque también existen evidencias de relatos de capitanes captores de
cimarrones y de algunos de los frailes
que acompañaban a dichas campañas militares. La presencia armada de cimarrones,
se distinguió por ser de armas blancos como los arcos y las flechas, mismos que
se conseguían a partir de intercambios
clandestinos con indios, esclavos negros, o incluso españoles con algún interés
con dichos grupos rebeldes.[10]
En este relato bélico de finales del siglo
XVIII y comienzos del XIX, la población afrodescendiente, estuvo itinerante
entre las filas realistas e independentistas, debido a una estructura poco
rígida por parte de la Corona de los grupos milicianos. Así pese a que la
Corona obtuvo grandes beneficios al reclutar hombres negros libres como los lanceros, y se formaron
grandes divisiones en el gremio, pues a menudo las situaciones de “libertad”
estuvieron de la mano de la descalificación de criollos y peninsulares, quienes
solo veían en ellos, a otros miembros más de la “chusma” veracruzana.
Las
contradicciones entre los grupos de los milicianos negros fueron múltiples,
como la posibilidad de establecer alianzas con los cimarrones, debido a la posibilidad de evadir
deberes propios de su condición. Así pese algunas documentaciones sobre los
privilegios de algunos grupos milicianos, como el fuero militar[11],
existen estudios que hablan de los
obstáculos aplicados a los milicianos negros[12],
para no permitirles el acceso prometido por la Corona.
En este
escenario, resalta el aspecto de la “movilidad” como un aspecto propio de los
milicianos mulatos y pardos, y el dilema de la sociedad de su época, que los
“necesitaba” al mismo tiempo que “no los aceptaba”, y mucho menos se les
reconocía en sus múltiples labores de defensa del reino. Así que ante la poca
aceptación de los milicianos negros, la posibilidad de volver al bando
insurgente fue una alternativa atrayente para mulatos y pardos libres.
Luchando en
ambas trincheras, los afrodescendientes, fueron la gran base de la guerra
independentista en México, según apunta Antonio García de León: En la región
del puerto habían entonces 654 españoles, mil 614 mestizos y 5 mil 841 pardos
y morenos hábiles para el combate[13].
Así el desbordante número de milicianos negros respecto al resto de los
enlistados realistas, resalto en las batallas del litoral y tierra adentro.
Esta proporción mantuvo poca estabilidad, pues las múltiples presiones
realistas, ocasionaron notorias deserciones, no
solo de los afrodescendientes, sino de muchos de los milicianos en
cuestión, pues la lucha independentista, perfilaba luchas y resistencias con
demandas de directa inclusión del grupo negro, como aquella que dictaba “La
abolición de la esclavitud”, en 1810 por el cura Hidalgo, y que fue la consigna
de lucha de uno de los líderes mulatos más destacados como José Ma. Morelos. Y
pese a que estas medidas no fueron aplicadas en el corto tiempo, o por lo menos
no antes del establecimiento formal de la Constitución de 1824, fundaron las
bases para la eliminación de las distinciones de castas, en el pueblo mexicano.
Sin embargo,
en el tiempo largo aún es débil el rescate historiográfico del protagonismo de los grupos africanos y
sus descendientes; respecto a los procesos emancipatorios en la región
Circuncaribeña, de lo que destacado aquellos grupos cimarrones que desde la
clandestinidad y orientados por una cierta estrategia militar, dieron vida a
gran parte del movimiento independentista en la Nueva España.
Solo me resta
apuntar, que el caso Novohispano, es muestra de las múltiples contradicciones
sucedidas en territorios Circuncaribeños, respeto a lo moralmente aceptado, de lo penado, que solo
sirvió para acentuar las problemáticas y diferencias entre los distintos grupos
socio-raciales de la época.
Así entre los
grupos de cimarrones, el factor de “inclusión”, fue decisivo en la fidelidad al
grupo insurgente y determinante en el triunfo del mismo. Las estructuras
coloniales, los lazos y diferencias creados en los territorios conquistados,
tuvieron puntos en común, y la participación activa de los cimarrones en las
independencias de estos pueblos, sin duda son prueba fehaciente de ello.
ANEXO 1
Milicia
de Veracruz, 1767. El orden de esta ilustración muestra el status a cada uno de
los varios grupos de militares en las unidades españolas. Están ordenados de
izquierda a derecha por los rangos más altos. Primer columna de izquierda a
derecha: Oficial de Granaderos, Oficial de Fusileros, Soldado de Ganaderos,
Soldado de Fusileros. Segunda columna de izquierda a derecha: Oficial de Pardos
Libres, Oficial de Morenos Libres, Soldado de Pardos Libres, Soldado de Morenos
Libres.
Archivo
General de Indias, Mapas y Planos, Uniformes,95. Reproducido por cortesía del
Museo Natural de Historia de Florida,
Exhibición Fort Mouse. Citado de Jane Landers en “Cimarrón and Citizen” p.131
en Slaves, Subjects and Subversives. Back in Colonial Latin America.
University od New Mexico, Press Alburquerque, 2006.
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Race, Ethnicity and Regional Development. Austin, University of Texas
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del marco de las IX Jornadas del Libro Caribeño, DEH-INAH, Ciudad de México, 13
y 14 de Noviembre del 2009.
García de León, Antonio, “Las Milicias
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J. L.: “Grounds of Race. Slavery, Racism
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Girvan, Norman, Conferencia que
presentó en Puerto España, Trinidad en 2001, en calidad de Secretario General
de la Asociación de Estados del Caribe.*
Grafenstein
Gareis, Johanna von, Nueva España en el Circuncaribe, 1779-1808: revolución, competencia imperial y vínculos intercoloniales, México, CCYDEL, UNAM, 1997.
James, C. L. R.: Los Jacobinos Negros,
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Landers, Jane, “Cimarron and Citizen”; En: Slaves, Subjects and Subversives; Blacks in
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Meléndez Guadarrama, Fabiola, Negro
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Negros, Siglo XVII .Tesis de Maestría, Posgrado en Estudios Latinoamericanos-
UNAM, Febrero de 2009. Inédito.
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Vinson III, Ben, Bering
Arms for His Majesty: the Free Colored Militia in Colonial Mexico,
Stanford, Stanford University Press, 2001.
Williams, E.: Capitalism and Slavery, Chapel Hill,
University of North Carolina Press, 1964. (Hay edición en español)
*Material socializado
por el Dr. Oscar Zanetti, durante el curso “Introducción al Caribe Contemporáneo”.
Realizado por el Programa de Posgrado en
Estudios Latinoamericanos (PPELA) de la UNAM.
Durante las sesiones del 22 al 30 de septiembre de 2009
[1] Defino Estado en el contexto de las formaciones del
estado-nación del Siglo XIX. Y aunque pueda resultar un concepto anacrónico,
por ser un concepto propiamente utilizado para la segunda mitad del siglo XIX,
yo lo retomo para explicar un aspecto de identidad, en una perspectiva de larga
duración.
[2] Cimarrón: silvestre, indómito,
montaraz(…) es nombre común en las Indias de todos los animales silvestres.
Tomado del Diccionario de Autoridades.
vol. 1, 1729, pp.350. Por lo anterior,
durante los distintos momentos del periodo colonial en territorios americanos,
se denominó como cimarrones a aquellos esclavos negros que huían de sus
propietarios
[3] Programa de Posgrado en Estudios Latinoamericanos.-UNAM.
Doctorante, Generación 2009-2.
[4] Grafenstein Gareis, Johanna von, Nueva
España en el Circuncaribe, 1779-1808: revolución, competencia imperial y
vínculos intercoloniales, México,
CCYDEL, UNAM, 1997.
[5] Investigaciones recientes sobre las Milicias de Pardos y Mulatos en la Nueva España; Revelan enfrentamientos militares, tanto en
la Costa Golfo como en la Pacifico con
grupos realistas e independentistas de orígenes principalmente
afrodescendiente para ambos bandos. Retomado
de la Conferencia del Dr. Juan Manuel De la Serna “Clase, raza y guerra. Las
independencias de México y el Caribe”. Dentro del marco de las IX Jornadas del
Libro Caribeño, DEH-INAH, Ciudad de México, 13 y 14 de Noviembre del 2009.
[6] He retomado este planteamiento general de la
Conferencia de Norman Girvan, que presentó
en Puerto España, Trinidad en 2001, en calidad de Secretario General de la
Asociación de Estados del Caribe. En este trabajo, Girvan, ahonda en explicaciones sobre el conflicto de
aquello nombrado como: “caribeñidad” con fuertes críticas sobre los históricas
definiciones de la región denominada como “El gran Caribe”. De la que desprendo
algunas de mis inquietudes para resaltar elementos comunes en la comarca, como la activa participación
de los grupos africanos y afrodescendientes.
[7] Existe una colección de 6 volúmenes para hablar de la
Historia General del Caribe, que se han
editado a lo largo de los años por la UNESCO, desde el año 1996 hasta
2000, y que aún no escribe si último
número. De esta colección destacan autores caribeños del área anglófona como Knight, F. W, quien a demás funge como
moderador del vol. 3.
[8] Benítez Rojo, Antonio: La isla que se
repite: El caribe y la perspectiva posmoderna, Hanover, Ediciones del
Norte, 1989. Tomado de W.F. Santiago-Valles, “The Caribbean Intellectual
Tradition That Produced James and Rodney”. Document Number: A66709133 © 2002
por Gale Group, Inc.
[9] “En la Nueva España, y en algo que se instituiría hasta fines del XVIII, las principales jurisdicciones con población miliciana, además del norte y de algunas ciudades del Altiplano (México, Puebla, Valladolid, Antequera…), fueron las jurisdicciones de la Mar del Sur -Colima, Motines, Zacatula, Acapulco, Igualapa, Xicayan, Huatulco-Huamelula y Tehuantepec-, así como las de la Mar del Norte: Pánuco, Tamiahua, Papantla, Jalapa, Veracruz, Cosamaloapan, Tuztla, Acayucan y Tabasco”. Tomado de Antonio García de León, Las Milicias de Pardos y Morenos en el Veracruz del siglo XVIII: una aproximación general. Inédito, 2003.
[9] “En la Nueva España, y en algo que se instituiría hasta fines del XVIII, las principales jurisdicciones con población miliciana, además del norte y de algunas ciudades del Altiplano (México, Puebla, Valladolid, Antequera…), fueron las jurisdicciones de la Mar del Sur -Colima, Motines, Zacatula, Acapulco, Igualapa, Xicayan, Huatulco-Huamelula y Tehuantepec-, así como las de la Mar del Norte: Pánuco, Tamiahua, Papantla, Jalapa, Veracruz, Cosamaloapan, Tuztla, Acayucan y Tabasco”. Tomado de Antonio García de León, Las Milicias de Pardos y Morenos en el Veracruz del siglo XVIII: una aproximación general. Inédito, 2003.
[10] Fabiola Meléndez Guadarrama, Negro en rebeldía: De esclavo fugado
a apalencado. Casos comparados entre San Basilio de Palenque y San
Lorenzo de los Negros, Siglo XVII .Tesis de Maestría, Posgrado en Estudios
Latinoamericanos- UNAM, Febrero de 2009.
[11] Juan Manuel De la Serna, “Integración e identidad, pardos y morenos en
las milicias y cuerpo de lanceros de Veracruz en el s. XVIII”; Carroll, Blacks
in Colonial Veracruz, pp- 126;
[12]Ben Vinson III, Bering
Arms for His Majesty: the Free Colored Militia in Colonial Mexico,
Stanford, Stanford University Press, 2001.
[13] García de León, Ibidem, 2003. AGNM, Indiferente de
Guerra. 47-B, 26 enero 1799.